Hace pocos días descubrí cuando me enamoré de los caleidoscopios. Días raros que he tenido la última semana, explorando en tranquilidad y paz mental la vida, se me vino a la mente el primer momento en el que amé al primero que vi.
Recuerdo que en mi infancia, solía jugar en la casa de Daniela Caballero, era mi mejor amiga desde que empezamos el cole, fue lindo por que al principio no peleábamos a diestra y siniestra, íbamos a su casa y jugábamos con todo. Ahí tuve mi primer encuentro con un caleidoscopio, podíamos quedarnos horas de horas viéndolo; pero no fue hasta que un día mi tía Nelly compro unas reglas maravillosas con lapiceros de punta fina de colores con los cuales se podían dibujar unas mandalas hermosas y completamente simétricas. Fue ahí cuando los amé, hasta el día de hoy.
Amor que ha degenerado a colores brillantes, luces de neón, escarcha, light graffiti y brillo por donde sea que lo vea. Lo cual me hace muy feliz, me gusta la vida en HD y full color.